Convivencia, diálogo y concordia.
Las españolas y españoles han hablado en las urnas, el pasado 23 de julio. Dejando nítidamente claro que no quieren un gobierno reaccionario del PP y Vox, tampoco unas políticas ultraliberales a lo anglosajón fracasadas.
Le han dicho a quienes se han presentado sin proyecto ni programa político para la España plural y diversa, que solo con mentiras, manipulaciones e insultos desde esa mala educación cristiana que reprime, coacciona y odia a los semejantes, que no caben en esta Nación española del siglo XXI. Esta Patria que se está construyendo desde el Gobierno de España que lidera Pedro Sánchez y resto de partidos políticos que apuestan por la España plural y diversa, solo quieren seguir avanzando y desarrollando para garantizar el Estado del Bienestar inclusivo e igualitario. También queda patente a quienes las urnas les han dicho que es mejor que se vayan a sus casas, quien pierde debe retirarse haciendo autocrítica y no culpar al que pasaba por ahí, cada cual debe asumir su responsabilidad de sus actos y hechos. Quien reconoce sus errores y los asume siempre gana, quien se oculta o busca subterfugios para mantenerse en el poder, siempre pierde.
España no se merece un Gobierno de ultraderecha, fuerte ante los débiles y débil ante los fuertes. Tenemos varios modelos la Junta de Andalucía y la Comunidad de Madrid, lo están demostrando en los gobiernos de las Comunidades Autónomas que gobiernan PP y Vox en coalición o individual con apoyos. Perdonando miles y miles de millones de euros en impuestos a los ricos y poderosos y privatizando lo público para favorecer a las rentas más altas o financiando los proyecto de educación privada como las becas para ricos en los colegios privados elitistas de la Comunidad de Madrid o bloquear la formación profesional pública para obligar a los jóvenes con menos recursos ir a la privada y endeudarse porque el desgobierno de Comunidad de Madrid se niega a crear plazas de formación profesional pública y así beneficia a sus socios ricos y poderosos.
Es ahora, cuando toca la discreción, el diálogo y la proyección objetiva en base a los últimos resultados electorales del 23 de julio para elaborar el programa de la España de los próximos cuatro años. Avanzar y crecer como hasta ahora lo estamos haciéndolo, rozando con las puntas de los dedos el pleno empleo, bajando la inflación aunque sigue pendiente la microeconomía, los precios de los alimentos y productos básicos deben bajar y las hipotecas bancarias deben ser más baratas, la banca esta ganado dinero a espuertas y encima se niegan a pagar impuestos, deben aportar más a la sociedad, al bien común, al igual que la eléctricas, gasísticas y petroleras y grandes corporaciones, han cerrado un primer semestre del 2023 con benéficos que algunos bancos superan del 50%, este dato es cierto. El resto del IBEX 35 se están forrando a costa de las españolas y españoles que menos tienen, sí, que menos tienen. Los ricos o los políticos que defienden todos los días a los poderosos del dinero y a las rentas altas de que no paguen tributos, se creen que no vemos su jugada, es que los jefes y jefas del PP y los caudillos de Vox, también se benefician de las bajadas de impuestos a los ricos y poderosos.
Las españolas y españoles exigen un proyecto político que incluya el diálogo, la pluralidad, la diversidad y las singularidades territoriales, proposiciones que son mayoritarias en nuestra Nación y así se deduce de los resultados electorales, el deben seguir progresando y avanzando todas las personas sin exclusiones o excepciones como propone el PP y Vox. Las urnas lo han dejado meridianamente claro y objetivamente transparente. La concordia y convivencia entre diferentes ideas para alcanzar el bien común universal, con la herramienta más eficaz que tenemos para construir el proyecto político de progreso, igualdad y feminismo, "el diálogo".
Victorio Martínez Armero.